A nivel nacional, el escenario presentó matices en las proyecciones privadas. Para C&T Asesores Económicos, la inflación de agosto fue del 1,6 por ciento. El cálculo subrayó una desaceleración de carácter estacional en el Gran Buenos Aires. Esa lectura coincidió con la trayectoria observada en la Ciudad de Buenos Aires, aunque con énfasis en factores específicos del conurbano.
La consultora Libertad y Progreso estimó una suba del 1,9 por ciento. Para Analytica, en cambio, el resultado se acercó al 1,7 por ciento. A su vez, Orlando J. Ferreres proyectó una inflación del 2,1 por ciento. La medición de esa firma arrojó un incremento de 1,8% en la inflación núcleo, que acumuló un alza interanual cercana al 30 por ciento. Según el relevamiento, los rubros de mayor impacto fueron Bienes varios, con 6,5%; Alimentos y bebidas, con 2,9%; y Equipamiento y funcionamiento del hogar, con 2,6 por ciento. También incidieron Salud (1,9%) y Transporte (2,2%).
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), publicado por el BCRA el 4 de septiembre, ajustó al alza su previsión mensual en 0,4 puntos porcentuales respecto del informe previo y situó la inflación de agosto en torno al 2,1 por ciento. El cálculo del REM reflejó un consenso de expectativas en alza, que contrastó con las proyecciones más moderadas de otras consultoras.
El contraste entre las mediciones privadas y el índice porteño mostró la relevancia de considerar los componentes internos de cada canasta. Mientras que en la Ciudad incidió fuertemente la baja de precios estacionales, a nivel nacional se destacaron rubros que presionaron hacia arriba, como los alimentos y el transporte.